Septiembre va desgranando sus nardos, para dar luz y perfume, al deambular de tus perfiles morenos, por los rincones de tu pueblo.
Dulce Niña de Siete Revueltas: Conquista con la flecha del arco de tu mirada, la fortaleza que se levanta entre la vida del hombre y la felicidad anhelada.
Calma con el frescor del manantial de tus premiadas purezas, el lamento y el llanto que a tu pueblo condena caminar cabizbajo.
¡Pasa, pasa! Aurora de besos que el mismo Dios da, a la Niña de sus ojos.
¡Pasa!, dignísima escala y escabel, entre el hombre y su creador.
¡Pasa, pasa!. Que San Pedro te espera Señora, para que endulces con tu llanto de almíbar destilado en panales celestiales, cada esquina, cada patio o zaguán, apuntalados con el aroma del clavo y la canela en rama.
¡Pasa Señora, ven y pasa! Que tu gente te espera, tachando en el aire los días, las horas, los minutos, que nos separan del milagro del mecer de tu palio, que con su contoneo, hará hipnotizar, al Levante y al Poniente, en una noche en la que la Luna, quedará eclipsada, por el derramar de tu blancura infinita.
La espera se va acortando. La espera, pronto se abrazará en la meta de su fin. Ya todo esta prendido en hilo de la emoción y la sorpresa.
La lágrima espera apenas en equilibrio, en el temblor de la pestaña temblorosa.
El aplauso espera ansioso el poder desatarse a tu paso, para que con su palmear rotundo lleguen hasta tus oídos un : ¡Qué ganas de verte Señora!, ¡ Qué ganas de verte en la calle!.
La flor espera que inundes con tu caminar, para acariciarte en un deshojar de besos y te quieros.
La cera espera el fuego de tu llama, para morir silenciosa lentamente dando luz, a tu divina cara
Espera el piropo, espera el grito de ¡Guapa! Espera el mecido, el costal y espera con nervios la ceñida faja.
Espera la tarde y espera la noche, espera tu barrio y La Línea entera enamorada.
Y todo llegará a tu paso, todo explotará, con el simple roce de tu mirada de mocita enamorada. El 8 de Septiembre, vestirá el calendario de una nueva Primavera.
Soñarán los naranjos con azahares, soñaran los cielos con lunas llenas y las sombras, con cirios y capirotes morados.
Soñará el martillo con chicotás de puntillas y el incieso por el abrazo a tu saya.
Todo en espera te sueña, porque el soñar a tus brazos nos amarra.
Y nosotros Madre...esperamos y soñamos con tu divina cara. Para que tras ella sigamos, para que por ella, lleguemos a la meta donde tú Hijo nos aguarda.
Veinticinco años de tu nombre, veinticinco años de tu cinturilla de miel y caramelo, veinticinco años de embrujo y caminar de Zambra, como gitanilla que descalza danza.
A ti flor que pervives,
tras veinticinco primaveras,
a ti “Novia de La Línea”
radiante primor de esta tierra.
Lo terreno y celestial,
queda impreso en tu hermosura,
“pa” el cielo eres Madre de Dios,
y “pa” La Línea, ¡ La Locura!
Tu pueblo te anhela en la calle,
Señora de gracia y de luz,
La Línea sueña que la inundas,
con tu Fuente de Salud.
José David Muñoz Oliva