La Batalla de la Fe

LA BATALLA DE LA FE

¿Hasta cuando me tendrá Señor Olvidado? (Sal. 13)

Siguen cayendo, siguen siendo apresados, siguen siendo perseguidos…

Pakistán, la India, Indonesia, Birmania, Yemen, Eritrea, Nigeria, la Franja de
Gaza, Irak, Argelia, Egipto, Corea del Norte, Vietnam, China…

Esta lista de países y posiblemente algunos que desconozco, están siendo abanderados del intento de exterminio del cristianismo de la faz de la tierra.

En el mundo occidental, vivimos otro tipo de persecución, a Dios gracias, no es de la que derrama sangre, pero si de la que te acorrala creando en nuestro en torno, un ambiente de desconfianza hacia la fe.
Vivimos en una sociedad en la que continuamente se nos reprocha los pecados cometidos en la historia. Al parecer, para muchos, el cristianismo, ha sido como una enfermedad que contagia a todo el que se acerca.
 No olvidemos, que el cristianismo, ha sido también portador y trasmisor de la cultura y el arte en esta vieja Europa.

En eso nadie se fija.
Al parecer, los cristianos no fueron victimas de ninguna guerra, los cristianos no fueron luchadores de la igualdad, nosotros no damos pan y techo al necesitado.
 No olvidemos, que antes que existieran políticas sociales y ONG´s, los cristianos, éramos los únicos que nos preocupábamos de enviar alimentos y crear campañas de solidaridad para los desfavorecidos, desde hace muchos siglos.

No es cuestión de reproches y lamentos, es la hora que por necesidad, occidente tiene que abrir los ojos, no podemos seguir mirando las musarañas, abran los ojos y miren a esos países donde se está quemando el campo de la fe.
Cristianos de diferentes ritos, están siendo torturados para que renieguen de su fe. Encarcelados, quemados vivos, niñas y mujeres violadas…

Los gobiernos, se mueven por intereses, y aún siendo conocedores de la indiscriminación que se vive en países extranjeros, guardan silencio.
Para muestra un botón. Hace muy poco el vicepriemer ministro chino visitó España, de igual modo, el presidente de este país oriental, visitó Estados Unidos.

Silencio absoluto, tanto por los medios, por los políticos como por militantes de acciones solidarias. China, un país donde  no solo el cristianismo es acallado
 (se recuentan mas de 20 obispos encarcelados) sino que la esclavitud sigue estando patente, la libertad de expresión censurada, del mismo modo que esta censurada la libre navegación a través de Internet, no olviden que el Premio Nobel de la Paz, Liu Xiaobo,  sigue entre rejas por el simple hecho, de denunciar estas cosas en su propio país.
 Que pena, que las voces y colectivos que gritan en protesta cuando el papa hace una visita, guarden silencio cuando el que pasa es representante de gobiernos de este tipo. Ante esto, gran recepción, que se extienda la alfombra roja, y se seque la cubertería buena de palacio…en fin…bienvenido Mr. Marshall.

Este escrito, quizás sea simplemente una pataleta por mi parte, ¿Que puedo yo hacer?
Pues rezar…desde este rincón gaditano no tengo otra arma en mis manos que la oración.

Como yo, seguro que mucho de vosotros piensa igual que yo. Pues hermanos, entremos en la batalla, enfundemos nuestros rosarios y lancémonos a la guerra de las oraciones.
No crean que será en vano. Recemos para que la luz de Cristo, brille en nosotros en medio de la sociedad, no porque reprochemos o discutamos con nadie, sino porque en nuestras obras, el que nos vea, reconozca a Cristo.
Roguemos a Dios por nuestros hermanos que sufren bajo la espada, Católicos, Ortodoxos, Protestantes…todos aquellos que están derramando su sangre a causa de su fe. Imploremos al Señor por los que sufren el abuso, la tortura, la esclavitud o la encarcelación.
Señor, que sus sufrimientos, no sean en vanos, que su sangre riegue las conciencias que se niegan a florecer, que esa semilla que muere, sea fruto de esperanza para las nuevas generaciones.
Da conciencia de respeto Padre al que tiene en su mano el poder. Que no podemos acallar una voz a la fuerza, que no podemos llenar las prisiones con opositores políticos, religiosos o de ideales.

Rezad, orad, pedid a Dios, que podamos ser voz de los que enmudecen a la fuerza, ser portavoces de este mensaje para que la oración rompa las cadenas persecutorias que impiden la libertad del hombre.
Unámonos hermanos a esta nueva guerra, donde nuestra espada es la oración, nuestro escudo María, nuestra coraza la fe y nuestra bandera Cristo crucificado, Cristo el que da la vida amando. No permitáis que nuestras lenguas se vuelvan látigos inflamados del veneno de la venganza y de la rebelión. No olvidéis que nuestro Dios, predica el amor al prójimo y no la muerte al infiel.
Luchemos en la oración.
Mirad que yo os envío como ovejas en medio de lobos. Sed prudentes como las serpientes y sencillos, como las palomas. (Mt.10)



José David Muñoz Oliva